Castillo de Marmionda
El Castillo de Marmionda, asentado en lo alto de una escabrosa sierra y amenazando el puerto que corta la cordillera, destaca sobre el paisaje su arrogancia morisca y recuerda el indómito poderío de los agarenos en el siglo XI.
Se supone construido en los primeros tiempos de la invasión por los inquietos berberiscos que acompañaron a Tarik en su arrolladora incursión, quienes como es sabido, ocuparon gran parte de las tierras extremeñas.
Se llamó después Portillo, debido sin duda a su estratégica y singular posición. Amenaza y protege la vía general llamada de la Dalmacia, la que desde Ciudad Rodrigo, por Coria, continua hasta Alconétar, pasando junto a sus bien cimentados muros.
Era la defensa más segura que los habitantes del Norte del Territorio del Gard tenían a su retaguardia; y al propio tiempo vigilante siempre alerta dispuesto al sacrificio por la tranquilidad de los corianos; resultando ser por tanto el centinela más avanzado de éstos contra las acometidas de los walíes o reyezuelos que dominaban en el Sur o en el Oeste.
En diversas ocasiones se evidenció la utilidad de este baluarte; así, cuando los corianos se vieron en grave aprieto por la acometida y cerco a que los sometió el rey leonés Alfonso III, los sitiados pidieron auxilio a los ocupantes del viejo Marmionda, y estos juntamente con los socorros que llegaron procedentes de otras plazas comarcanas, pusieron en crítica situación al rey cristiano, obligándole a retirar sus ejércitos.
Marmionda es evocador. Aunque sus muros actuales se deban en gran parte a reconstrucciones efectuadas en los siglos XIII y XIV, su nombre, situación y vencindad con las torres de Floripes y Racha-Rachel, predisponen el ánimo para recordar leyendas y consejos del medievo, guerras de moros y cristianos. Y es emocionante contemplar sus centenarios murallones, sus torreones altivos con desdentadas almenas, que encierran toda una historia pródiga en hazañas incomparables, en glorias y en sacrificios, en gestas heroicas y magníficas.
Hoy toda la obra resulta ruda y tosca. Desquiciado y casi perdido el monumento bajo los escombros de su antigua grandeza, la única defensa intacta son sus riscos y precipicios que por las partes S. y O. lo hacían inexpugnable.
Autor: (Gervasio Velo y Nieto. Coria, Reconquista de la Alta Extremadura)
Plano del Castillo de Marmionda
- Tipo
- Monumento
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